Estos últimos días, la izquierda abertzale está inmersa en una actividad más frenética que la desarrollada en los últimos dos años. El tiempo apremia y los plazos se agotan. Aunque son caras viejas, son nuevas detrás de unas mesas que hemos visto cómo poco a poco han ido vaciándose, por arte y gracia de una ley que permite los arrestos a discreción ordenados por el ministerio del interior. Desgraciadamente, su mensaje, aunque esperanzador, no nos dice nada que no hayamos oído al menos en dos ocasiones anteriores, y no por ser agradable tiene más crédito para los que repetidamente hemos sentido la frustración y decepción en los anteriores procesos, procesos en los que hemos compartido la esperanza en lograr un espacio sin violencia que nos permitiera un futuro común.
Personalmente creo que tienen todo el derecho a reivindicar una y mil veces su sitio en el abanico político de nuestra sociedad, yo siempre estaré a su lado en la exigencia de la derogación de la ley de partidos. Tampoco me parece que sea necesaria la condena expresa de ETA, porque para los que conocemos desde hace mucho tiempo esta historia, sabemos, incluso con un atentado, si sus ofertas son novedosas o siguen estando supeditadas a la voluntad de la organización.
Mas de una década de alejamiento es demasiado para poder tener proyectos en común a corto plazo, no es tiempo para propuestas de alianzas ni para proyectos estratégicos que no cuenten con una base real y demostrada que nos sitúe en el mismo barco, y que la discusión sea las diferencias políticas y no la misma cantinela de siempre.
Impulsar el debate con la izquierda abertzale oficial que sirva para fijar las claves del cambio político y social, plantearse ahora un polo soberanista, no debe de ser a mi juicio la prioridad de NaBai.
Para llegar a ese punto de encuentro, es necesario que el recorrido lo hagan solos, que incidan en la deslegitimación de la violencia en su proceso democrático, porque si así sucede, considero que no hay dudas de que nos encontraremos. Hablo sólo de la violencia de ETA porque es la que nos impide avanzar juntos, no porque niegue la existencia de la violencia de estado, que sin duda la hay.
Sospechoso es el silencio que guarda UPPSN, y me temo que es porque después de haber intentado por todos los medios a su alcance la división y ruptura de Nafarroa Bai, tienen la esperanza de que la cuña de la misma leña sea la adecuada para rajar la coalición, y esperan que los debates que todo este proceso pueda generar, desgastarán tanto a sus miembros como al electorado.
Cuidado con los cantos de sirena.
Patxi Leuza
Antsoaingo NaBai-ko zinegotzia.
Personalmente creo que tienen todo el derecho a reivindicar una y mil veces su sitio en el abanico político de nuestra sociedad, yo siempre estaré a su lado en la exigencia de la derogación de la ley de partidos. Tampoco me parece que sea necesaria la condena expresa de ETA, porque para los que conocemos desde hace mucho tiempo esta historia, sabemos, incluso con un atentado, si sus ofertas son novedosas o siguen estando supeditadas a la voluntad de la organización.
Mas de una década de alejamiento es demasiado para poder tener proyectos en común a corto plazo, no es tiempo para propuestas de alianzas ni para proyectos estratégicos que no cuenten con una base real y demostrada que nos sitúe en el mismo barco, y que la discusión sea las diferencias políticas y no la misma cantinela de siempre.
Impulsar el debate con la izquierda abertzale oficial que sirva para fijar las claves del cambio político y social, plantearse ahora un polo soberanista, no debe de ser a mi juicio la prioridad de NaBai.
Para llegar a ese punto de encuentro, es necesario que el recorrido lo hagan solos, que incidan en la deslegitimación de la violencia en su proceso democrático, porque si así sucede, considero que no hay dudas de que nos encontraremos. Hablo sólo de la violencia de ETA porque es la que nos impide avanzar juntos, no porque niegue la existencia de la violencia de estado, que sin duda la hay.
Sospechoso es el silencio que guarda UPPSN, y me temo que es porque después de haber intentado por todos los medios a su alcance la división y ruptura de Nafarroa Bai, tienen la esperanza de que la cuña de la misma leña sea la adecuada para rajar la coalición, y esperan que los debates que todo este proceso pueda generar, desgastarán tanto a sus miembros como al electorado.
Cuidado con los cantos de sirena.
Patxi Leuza
Antsoaingo NaBai-ko zinegotzia.
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